errores en sitios web de servicios B2C

Los 5 errores más comunes y costosos en sitios web de servicios B2C (y cómo solucionarlo)

May 19, 202516 min read

Muchos sitios web de negocios de servicios B2C pierden clientes por errores evitables. Descubre los 5 errores comunes que están arruinando tu sitio web de servicios y cómo solucionarlos paso a paso para transformar tu página en un imán de clientes potenciales.

Tu sitio web debería ser uno de tus mejores vendedores, pero si cometes estos errores, podría estar saboteando tu negocio

A continuación, analizo cada error en primera persona – basado en mi experiencia asesorando negocios de servicios – y te explico cómo corregirlo de forma práctica. ¡Vamos por esos “anti-errores”!


1. Sitio web lento y pesado

Así de molesto se siente un usuario cuando tu página tarda demasiado en abrir. Un sitio web lento no solo desespera a tus visitantes; también afecta tu credibilidad y posicionamiento. 

Estudios muestran que el 53% de los usuarios móviles abandonará un sitio si no carga en 3 segundos. En otras palabras, más de la mitad de tus potenciales clientes podría irse antes de ver tu contenido.

En mi experiencia, muchas páginas de servicios B2C están sobrecargadas de elementos pesados: imágenes sin optimizar, animaciones innecesarias o plugins mal configurados. El resultado es una web que se arrastra, causando que el visitante cierre la pestaña y busque a la competencia (David se rindió y dejó de mirar la pantalla). 

Recuerda que en la era de la inmediatez, la paciencia del usuario es muy corta.


Cómo solucionarlo

Para que tu sitio deje de ser una tortuga digital y se convierta en una gacela, sigue estos pasos:

  1. Mide la velocidad actual: Utiliza herramientas gratuitas como Google PageSpeed Insights o GTmetrix para obtener un diagnóstico de qué tan rápida (o lenta) es tu web y qué factores la están frenando.

  2. Optimiza las imágenes: Reduce el tamaño de tus fotos y gráficos antes de subirlos. Formatos modernos (WebP) y compresión sin pérdida ayudan a que las imágenes pesen menos sin sacrificar calidad.

  3. Minimiza código y recursos: Revisa con tu desarrollador la posibilidad de minificar archivos CSS/JS y eliminar scripts o plugins innecesarios. Menos código significa menos cosas que cargar.

  4. Mejora tu hosting: Un buen hosting es como el motor de un auto. Contrata un servicio de alojamiento rápido y confiable, idealmente con servidores en la región de tus clientes. Esto puede reducir significativamente el tiempo de respuesta del sitio.

  5. Usa caché y CDN: Implementa un sistema de caché (almacenamiento temporal) para que las páginas se sirvan más rápido a usuarios recurrentes, y considera usar una Red de Entrega de Contenidos (CDN) para distribuir tu contenido globalmente de forma ágil.

Con estos ajustes, tu sitio debería cargar en dos o tres segundos máximo. Tus visitantes (y David) lo notarán y te lo agradecerán permaneciendo más tiempo en tu página.


2. Diseño poco profesional y mala experiencia de usuario (UX)


Si tu sitio tiene un diseño anticuado, desordenado o poco intuitivo, causará una mala impresión inmediata. Y en internet, la primera impresión cuenta: se estima que 94% de las primeras impresiones sobre un sitio tienen que ver con lo visual, y 75% de los usuarios juzgan la credibilidad de un negocio por el diseño de su web

En otras palabras, si tu página se ve descuidada, muchos desconfiarán de tu empresa sin leer ni una palabra.

He auditado sitios con combinaciones de colores chillones, tipografías ilegibles y maquetaciones confusas. ¿El resultado? El visitante no sabe dónde hacer clic, no encuentra la información o simplemente siente que la empresa no es profesional. 

Un mal diseño UX/UI también incluye menús enredosos, montones de texto sin respirar, elementos que no funcionan en móvil, etc. Todo eso abruma al usuario y lo hace huir. Piensa que tu web es tu vitrina digital: si se ve improvisada, transmitirá desconfianza y perderás prospectos. 

Además, no olvidemos la experiencia móvil. Hoy más del 50% del tráfico web proviene de dispositivos móviles, así que un sitio “no responsivo” (que se ve mal en celulares) es otro aspecto de mal diseño. David tendría que entrecerrar los ojos y hacer malabares con el teléfono para navegar un sitio no optimizado – ningún visitante hará ese esfuerzo, créeme.


Cómo solucionarlo

Mejorar el diseño y la experiencia de usuario de tu web no requiere fuegos artificiales, sino cuidar los aspectos básicos:

  1. Moderniza la apariencia: Si tu sitio se quedó en el 2010, invierte en actualizar colores y tipografías a un estilo limpio y moderno que refleje tu marca. Usa contrastes legibles (fondo claro, texto oscuro o viceversa) y un tamaño de fuente cómodo. Un diseño más atractivo y profesional genera confianza al instante.

  2. Hazlo responsivo: Asegúrate de que tu web se vea y funcione bien en celulares y tablets. Prueba cada sección en pantalla chica: menús desplegables, botones táctiles grandes y formularios utilizables desde el móvil. Si algo se ve mal en teléfono, ajuste inmediato.

  3. Simplifica la navegación: Organiza tu menú y contenido de forma lógica. Las secciones deben ser claras (Servicios, Sobre mí, Contacto, etc.) y el usuario debe poder llegar a cualquier información importante en pocos clics. Incluye un buscador interno si ofreces mucho contenido.

  4. Usa espacios en blanco y secciones definidas: No atiborres cada página con texto e imágenes de pared a pared. Un layout limpio con suficiente espacio en blanco da respiro visual y hace que los elementos clave destaquen. Divide el contenido en bloques o secciones con títulos claros, párrafos cortos y viñetas – esto facilita la lectura rápida.

  5. Prueba con usuarios reales: Pídele a alguien ajeno (un amigo, colega o incluso un cliente) que navegue tu sitio. Observa si se pierde en el camino o si alguna parte le resulta confusa. Esa retroalimentación te revelará problemas de usabilidad que quizá pasaste por alto.


Con estos cambios, tu web lucirá más confiable y amigable. Los visitantes podrán decir “¡qué profesional se ve esta empresa!” en lugar de salir espantados. 

Un buen diseño mantendrá a tus usuarios navegando y aumentará las probabilidades de que te contacten en vez de buscar a la competencia. 


3. Mensaje enfocado en ti (y no en el cliente) y falta de claridad

Muchos sitios de servicios caen en el error de hablar solo de la empresa – “Nosotros somos líderes, tenemos 20 años de experiencia…” – en vez de hablarle al visitante sobre cómo le van a ayudar. 

¿El problema? Tu cliente potencial no visita tu web para aplaudir tu historia, sino para ver rápidamente si entiendes su necesidad y ofreces una solución. 

Como dice el experto Donald Miller, “your customer is the hero of the story, not your brand” – es decir, el cliente es el héroe de la historia, no tu marca. En otras palabras, tu sitio debería enfocarse más en los problemas del cliente que en las credenciales de tu empresa. 

Un mensaje centrado en el “yo” (la empresa) desconecta al visitante. He comprobado que cuando una página habla solamente de lo grandiosa que es la compañía, el usuario se siente ignorado. ¿El resultado? No se identifica con lo que lee y se marcha buscando a alguien que sí hable su idioma

Peor aún si el mensaje, además de egocéntrico, es confuso. A veces en el afán de sonar creativas, las empresas usan frases rebuscadas o eslóganes vacíos tipo “Innovando tu futuro sin límites”. ¿Qué significa eso? El visitante queda sin entender qué ofreces exactamente. 

En marketing digital hay un dicho: “Confuse, you lose”, o sea, si confundes, pierdes – un cliente potencial confundido no convierte y simplemente se va. 

Lo clave es entregar un mensaje claro, simple y orientado al cliente. Tu página de inicio debe dejar muy claro en segundos qué servicio ofreces, qué problema resuelves y cómo mejoras la vida del cliente. 

Hablar directamente de “tus necesidades” y “cómo te ayudamos” crea una conexión inmediata. Por el contrario, un texto lleno de tecnicismos, autobombo o vaguedades rompe esa conexión. 

Recuerda: tu cliente es el héroe buscando solución, tú eres el guía que lo ayuda en su viaje. Haz que cada frase de tu web le demuestre que comprendes su situación.


Cómo solucionarlo

Para corregir el rumbo de tu mensaje y poner al cliente al centro, pon en práctica estos pasos:

  1. Conoce a tu cliente ideal: Tómate el tiempo de definir quién es tu público objetivo y qué le preocupa. Haz una lista de sus problemas, deseos y preguntas frecuentes. Solo entendiendo a tu cliente podrás hablarle de forma relevante.

  2. Reformula tu propuesta de valor: Reescribe los textos clave (especialmente el encabezado de la página de inicio) desde la perspectiva del cliente. Por ejemplo, en lugar de “Somos expertos en asesorías financieras”, podrías decir “¿Preocupado por tus finanzas? Te ayudo a tomar el control y hacer crecer tu dinero”. Habla más de “tú” y menos de “yo”. Enfócate en el beneficio que el cliente obtendrá.

  3. Sé claro y evita la jerga: Revisa si en tu web hay términos muy técnicos que un usuario promedio no entienda. Simplifica ese lenguaje. Imagina que le hablas a un amigo inteligente pero que no conoce tu industria: ¿lo entendería todo a la primera? Si la respuesta es no, simplifica hasta que sea un .

  4. Destaca el problema y la solución: Una estructura tipo StoryBrand puede ayudarte: presenta primero el problema del cliente (para demostrar empatía), luego preséntale tu servicio como la solución clara a ese problema, y finalmente indica cómo tomar acción. Deja explícito qué haces y cómo lo resuelve para el cliente. El visitante no debería jugar a adivinar qué ofreces. 

  5. Prueba la claridad de tu mensaje: Al igual que con el diseño, pide a alguien ajeno (que represente a tu público objetivo si es posible) que lea tu página de inicio. Luego pregúntale: “¿Entiendes qué hace mi negocio y cómo te podría ayudar?”. Si duda en responder o no lo tiene claro, necesitas afinar más el mensaje hasta que cualquiera lo capte en pocos segundos.


Al implementar estos cambios, notarás cómo tu sitio “habla” directamente al cliente. Un mensaje claro y centrado en sus necesidades hará que tus visitantes digan: “¡Esto es justo lo que necesito!” y se queden a explorar más. Estarás construyendo confianza y preparando el terreno para la conversión.


4. Llamados a la acción (CTA) poco visibles


Si tu sitio no guía al usuario hacia una siguiente acción, estás dejando que se pierda como turista sin mapa. Las llamadas a la acción (Call To Action, CTA) son esos botones o enlaces (ej. “Contáctanos”, “Agenda tu cita”, “Solicitar presupuesto”) que indican al visitante qué hacer luego. 

Sorprendentemente, muchos sitios de servicios B2C esconden sus CTAs en lugares poco evidentes, las ponen muy genéricas (“Enviar”) o, peor, ¡ni siquiera incluyen un llamado claro! El resultado: el usuario navega un rato y se va sin tomar contacto porque nunca supo cuál era el siguiente paso.

¿Por qué son tan importantes las CTAs? Porque convierten visitantes en clientes. Un botón bien diseñado y colocado puede marcar la diferencia. De hecho, una llamada a la acción atractiva puede aumentar la tasa de conversión de un sitio web en más del 200%

Sí, leíste bien: simplemente por optimizar ese elemento, podrías duplicar o triplicar los prospectos que te llegan. En mi propia experiencia asesorando sitios, he visto casos donde el simple cambio de color, texto o posición de un botón disparó las consultas recibidas.

Cuando falta un CTA claro, es como si un vendedor atendiera al cliente en la tienda, le mostrara los productos, pero al final se quedara callado sin invitarlo a comprar. El cliente podría decir “gracias” e irse. 

En tu web pasa igual: si no pides la acción, el usuario difícilmente la hará por sí solo. Y aunque la pida, si el botón está oculto en el fondo o su texto no es motivador, puede pasar inadvertido. Cada página de tu sitio debe tener un objetivo y una llamada a la acción acorde (registrarse, llamar, descargar algo, etc.), y el usuario debe percibirla sin esfuerzo visual.


Cómo solucionarlo

Es hora de sacar esos botones del escondite y hacer que destaquen. Sigue estas recomendaciones para tus CTAs:

  1. Define la acción principal: Decide cuál es el paso más importante que quieres que dé tu visitante. ¿Agendar una cita? ¿Llenar un formulario de contacto? ¿Llamar a un número? Ten un objetivo claro por página (o por sección) antes de diseñar la llamada a la acción.

  2. Diseña CTAs visibles y descriptivos: Crea botones grandes, de color contrastante con el resto del diseño (así llaman la atención). El texto del botón debe ser específico y orientado al beneficio, por ejemplo: “Reserva tu hora gratis”, “Quiero mi diagnóstico” o “Descargar guía ahora”. Evita los sosos “Enviar” o “Más info”. Habla en primera persona del deseo del usuario (“Quiero mi…”) para hacerlo más persuasivo.

  3. Ubícalos estratégicamente: Coloca un CTA importante “above the fold” (en la parte superior visible sin hacer scroll). Adicionalmente, insértalos donde tenga sentido durante el recorrido: al final de la explicación de tus servicios, en la sección de beneficios, al final de cada página larga, etc. Si un visitante llegó hasta abajo leyendo, ofrécele ahí mismo qué hacer después.

  4. Múltiples CTAs (pero sin confundir): Puedes repetir el mismo llamado a la acción principal varias veces en la página para que siempre tenga a mano cómo avanzar. Pero evita poner diferentes CTAs que compitan entre sí en una sola página (ej. “Comprar” y “Suscribirse” y “Contactar” todo junto), porque eso sí confunde.

  5. Asegúrate de que luzcan “clickeables”: Parece obvio, pero he visto casos en que el CTA parecía un texto común o un gráfico decorativo. Usa diseño de botón (forma rectangular u ovalada, con color sólido) y quizá un pequeño efecto hover. El usuario debe identificarlo como botón al instante.

  6. Incluye una propuesta de valor cercana: Esto es un plus. Acompaña tu CTA con una frase breve que refuerce por qué debe hacer clic. Ej: justo encima del botón “Agenda tu consultoría” puedes poner “Empieza a duplicar tus ventas:” para recordarle el beneficio. Un micro-copia motivadora puede impulsar ese clic final.

Al implementar estas mejoras, tus visitantes siempre sabrán cuál es el siguiente paso. Estarás guiando activamente la conversión. Verás cómo aumenta la cantidad de gente que te contacta o se registra, porque les facilitaste el camino. 

Recuerda: un buen sitio siempre le indica al usuario qué hacer luego – tal como un buen vendedor cierra la venta invitando al cliente a actuar.


5. Formularios de contacto demasiado complicados

Este error es muy común: el visitante decide contactarte y se encuentra con un formulario largo, confuso o con fallas, lo que termina por espantarlo en el último momento. 

En sitios de servicios B2C, el formulario de contacto o de reserva es la puerta de entrada a nuevos clientes. Pero si pides demasiada información, utilizas un diseño poco amigable o el formulario se rompe en móvil, muchos no lo completarán.

He visto formularios que parecen interrogatorios de 20 campos: nombre, apellido, RUT, dirección, nombre de la mascota… ¡y el usuario apenas te conoce! De hecho, reducir un formulario de 4 a 3 campos puede aumentar la tasa de conversión casi en un 50%. Mientras más simple y rápido de llenar, más gente lo termina. 

Otro problema es la falta de claridad: campos sin indicar qué debes poner, mensajes de error poco claros o ausencia de confirmación tras enviar. Todo eso genera frustración. Piensa en David: dispuesto a contactarte, pero al ver un formulario eterno o confuso, prefiere dejarlo para después (y ese “después” nunca llega).

También está el caso del formulario escondido: páginas que solo ponen un email o número de teléfono de contacto, sin opción de solicitud rápida, u otras que te hacen pasar por cinco pasos antes de llegar al formulario. Si no lo pones fácil, muchos usuarios móviles en particular abandonarán antes de dar el siguiente paso.


Cómo solucionarlo

Tu formulario debe ser lo más sencillo y amigable posible. Así facilitarás que un interesado te deje sus datos. Toma en cuenta estas recomendaciones:

  1. Pide solo lo necesario: Revisa cada campo de tu formulario y pregúntate si realmente necesitas esa información en esta etapa inicial. Nombre, correo y quizá teléfono suelen ser suficientes para un contacto básico. Si es un servicio que lo requiere, tal vez 1-2 preguntas adicionales (por ejemplo, fecha deseada de la cita). Todo lo demás, ¡fuera! Siempre podrás obtener más detalles luego, durante la conversación con el cliente.

  2. Usa campos claros y opcionales cuando aplique: Asegúrate de que el usuario entienda qué debe ingresar en cada campo. Pon ejemplos o placeholders (ej: “Tu nombre”, “[email protected]”). Si algún dato es opcional, márcalo como opcional o déjalo para más adelante. Es mejor tener un formulario corto que recibir ninguno por ambición de información.

  3. Optimiza la usabilidad en móvil: Completar formularios desde el celular es tedioso si no están optimizados. Utiliza campos tipo selección para datos predefinidos (en vez de obligar a tipear), activa la opción de autocompletar para cosas como email o nombre, y verifica que el teclado adecuado aparezca (por ejemplo, teclado numérico para teléfono). Un formulario mobile-friendly puede disparar tus conversiones móviles.

  4. Proporciona feedback inmediato: Si el usuario deja un campo requerido vacío o escribe algo inválido, el formulario debe indicarlo claramente (resaltando el campo en rojo y un mensaje “por favor ingresa X”). Asimismo, al enviar, muestra un mensaje de éxito (“¡Gracias! Hemos recibido tu solicitud”) para que el usuario sepa que funcionó.

  5. Ofrece alternativas de contacto: Aunque no es parte directa del formulario, vale la pena mencionar: algunas personas simplemente odian los formularios. Por eso, también provee otras vías visibles – un teléfono, un chat de WhatsApp, un correo – para que puedan contactarte por el medio de su preferencia. No quieres perder un lead solo porque tu formulario no le acomodó.



En resumen, facilita el contacto al máximo. Cuando tu formulario es corto y claro, más visitantes lo completarán (sin importar si están en PC o móvil). Estarás eliminando la última barrera hacia la conversión. ¡Haz que sea pan comido para tus clientes potenciales el ponerse en contacto contigo!


Tu sitio puede hacerlo mejor (y vos también)

Como ves, estos 5 errores son muy comunes pero tienen solución. Al optimizar la velocidad, mejorar el diseño, aclarar tu mensaje, destacar los llamados a la acción y simplificar tus formularios, transformarás tu sitio web de servicios B2C en una herramienta mucho más efectiva. Tu página pasará de espantar visitantes a convertirlos en clientes.

En mi experiencia, aplicar estos cambios puede marcar una gran diferencia sin importar si ofreces consultas médicas, clases de inglés o tratamientos de belleza. 

La clave está en siempre ponerte en los zapatos del cliente: ¿está teniendo una buena experiencia? ¿entiende lo que ofreces? ¿le resultas confiable? ¿sabe qué hacer si le interesa tu servicio? Si la respuesta es sí a todo, vas por buen camino.

Llevo años ayudando a negocios de servicios a optimizar sus páginas web, y me apasiona ver los resultados cuando solucionan estos problemas. Si sientes que tu sitio podría estar fallando en alguno de estos puntos, no dudes en tomar acción

Puedes agendar un diagnóstico gratis de tu sitio web conmigo para evaluar dónde estás perdiendo oportunidades y cómo mejorar (solo tomo 3 por mes, así que aprovecha). 

¿Listo para llevar tu sitio B2C al siguiente nivel? Espero que estos consejos te ayuden a lograrlo. Estoy aquí para acompañarte en el proceso – juntos haremos que tu sitio web trabaje por tu negocio y no al revés. 

Dale, ¡ponele onda! 

Javier Yranzo es un reconocido experto en marketing digital con más de 17 años de experiencia. Fundador y CEO de Junio Marketing y podcaster en "Marketing para David".

Javier Yranzo

Javier Yranzo es un reconocido experto en marketing digital con más de 17 años de experiencia. Fundador y CEO de Junio Marketing y podcaster en "Marketing para David".

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